viernes, 17 de mayo de 2013

Equilibrio


Todos escuchamos hablar de los meridianos, se usan en acupuntura, se usan en reflexologia... 
Esos pequeños vórtices menores que tenemos en el cuerpo... (¿menores?) 
Mientras hay salud, la energía vital corre de manera armónica por nuestro cuerpo, sin embargo no siempre hay salud, no siempre estamos bien, muchas veces sin saber porque nos desequilibramos y surge la enfermedad como respuesta a ese desequilibrio energético. 

Los meridianos son canales o conductos por donde circula la energía (chi) algunos son superficiales y transportan la energía defensiva (wei), otros sin embargo son profundos, transportan nuestra energía nutricia de los órganos, (nos conectan con los meridianos superficiales, podrían mencionarse como metabolismo). 
Hay otros meridianos aun mas profundos que nos conectan con nuestras memorias ancestrales, esa energía que nos vincula con el ADN que es la base de la vida y está en el núcleo de las células.
Esta energía ancestral es atesorada por los riñones.

Los riñones son el punto de la armonía.

En este punto debemos alinear todo lo que parece similar y diferente, el objetivo es conseguir la unidad necesarias para la salud integral del organismo.
Las dolorosas piedras en los riñones se deben generalmente a una dolorosa convivencia. 
Tendemos innecesariamente a culpar a los demás, de lo que somos incapaces de resolver... y esas piedras en nuestro camino se van acumulando en los riñones...
Los riñones son responsables también de actuar frente a nuestros miedos, nuestra resistencia al cambio.
Cinco minutos de reiki al día en los riñones, tomar agua, purificarnos, aceptar los cambios y asumir que lo único permanente es la fluidez de la vida, son las bases para empezar a sanar.
Desde los riñones nos surge la fuerza interior para lograr todas nuestras metas. Enviar energía azul a los riñones en la respiración, elevar energía blanca a nuestro séptimo chakra es el principio de la armonización.

Llevemos luz a la profundidad de nosotros mismos para lograr la iluminación.

RM  Sandra N. Carabajal

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